SaSanto Domingo.- El Gobierno y los especialistas de la salud volvieron a enfrentarse tras la muerte de 100 mujeres en lo que va de año durante y después del proceso de parto, el cual alegan negligencia y mal servicio por parte de los galenos.
Los primeros ponen en tela de juicio la atención y el seguimiento que reciben las parturientas y los galenos se defienden alegando que hacen su mejor esfuerzo, a pesar de que trabajan con las manos “vacías”.
El director del Servicio Nacional de Salud (SNS), Nelson Rodríguez Monegro, acusa de negligentes a sus colegas, y éstos se defienden y alegan que el bajo presupuesto en salud, la falta de insumos y el deterioro de los hospitales propician la alta tasa de mortalidad en el país.
La República Dominicana ocupa el cuarto lugar entre los países de la región con mayor índice de mortalidad materna, según el informe “Maternidad libre y segura en República Dominicana, una deuda pendiente con los derechos de la mujer”, de la Colectiva Mujer y Salud y Women’s Link Worldwide.
La ministra de Salud Pública, Altagracia Guzmán Marcelino, atribuyó recientemente la alta tasa mortalidad a las parturientas extranjeras que aportan el 27.5% de las muertes maternas que se registran en el país y aumentan los gastos de salud.
En el 2017 fallecieron 168 mujeres durante el parto y el puerperio.
Rodríguez Monegro la contradijo, pues dice que son más las dominicanas que fallecen por similares causas. Insiste en que las defunciones obedecen a mala calidad de los servicios médicos y que es una vergüenza exhibir una tasa de 106 muertes por cada 100 mil nacidos vivos, sobre todo, porque ocho por cada 10 muertes son evitables, de acuerdo a los resultados de las auditorías de mortalidad materna que realizan.
Al defender a sus pares, Waldo Ariel Suero, presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), rechaza la versión oficial, y asegura que el médico hace su mejor esfuerzo y que esas declaraciones no van a contribuir a bajar las estadísticas.
“Los funcionarios no salen del mismo error, de acusar a los médicos de todos los males de salud, que primero es mentira y segundo no van a resolver nada con eso”, dijo Suero.
Sostiene que hasta que el Gobierno no entienda que eso es un problema de Estado, que no ha habido un inversión adecuada en el sistema de salud, porque solo aportan el 1.8 del Producto Interno Bruto (PIB), el problema se mantendrá.
Dijo que sólo con el hecho de tener intervenido 56 hospitales, incluyendo las principales maternidades, se deteriora la atención sanitaria.
“Me dijeron ahora mismo (ayer al mediodía) que en el hospital de Esperanza no hay sulfato de magnesio para manejar las embarazadas hipertensas”, indicó.
A eso se le suma que la mayoría de los hospitales carecen de bancos de sangre, de unidades de cuidados intensivos con suficientes camas y faltan ventiladores, lo que pone en riesgo a las parturientas.
El enfrentamiento se ha convertido en un círculo vicioso, por un lado, los funcionarios insisten que es un problema de los médicos, por el otro, el CMD lo rechaza.
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