NACIONES UNIDAS.- El Consejo de Seguridad de la ONU expresó hoy su "profunda preocupación" por la situación en Haití y urgió a los líderes políticos del país a lograr un acuerdo para completar el proceso electoral antes del 7 de febrero.
Para el Consejo, "el retraso de las elecciones puede minar la capacidad de Haití de gestionar los desafíos de seguridad, económicos y sociales a los que se enfrenta".
Para el Consejo, "el retraso de las elecciones puede minar la capacidad de Haití de gestionar los desafíos de seguridad, económicos y sociales a los que se enfrenta".
A la segunda vuelta de las presidenciales habían llegado el candidato oficialista, Jovenel Moise, y el opositor, Jude Celestin, que se negó a participar por el supuesto fraude en la primera ronda celebrada el pasado 25 de octubre.
Por ello, en un comunicado, reclamó al Ejecutivo, al Parlamento y al resto de actores políticos relevantes un acuerdo antes del 7 de febrero, fecha en la que concluye su gestión el presidente haitiano, Michel Martelly.
Según el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas, ese acuerdo debe ofrecer una "hoja de ruta para la rápida conclusión del actual ciclo electoral" y permitir a los haitiano "elegir a sus representantes en un proceso libre, justo, inclusivo y transparente".
El mensaje del Consejo de Seguridad llega después de que este jueves Martelly advirtiera de que no entregará el poder "a los que no quieren ir a elecciones" y dijera que si no se logra un acuerdo antes del 7 de febrero no dejará "que el país entre en una situación de vacío de poder e inseguridad".
Los 15 miembros del Consejo reiteraron su "fuerte condena de cualquier intento de desestabilizar el proceso electoral, especialmente por la fuerza", y urgieron a todos los candidatos, a sus partidarios, a los partidos y a otros actores políticos a "mantener la calma".
También pidieron evitar "la violencia ilegal y cualquier acción que pueda perturbar más el proceso electoral y la estabilidad política", resolviendo cualquier disputa a través de los mecanismos establecidos y exigiendo la rendición de cuentas a los responsables de cualquier episodio violento.
Por otra parte, el Consejo de Seguridad dio la bienvenida a los esfuerzos de la ONU y de otras organizaciones internacionales y regionales para tratar de resolver la crisis en el país.
Esta semana, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó el envío a Haití de una misión especial de mediación en la crisis a petición de Martelly y con el fin de evitar un vacío de poder cuando el presidente deje el cargo el próximo 7 de febrero.
En paralelo, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) designó su propia misión de cancilleres para conocer la situación electoral.
Haití debía haber celebrado el pasado domingo la aplazada segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que fueron pospuestas nuevamente dos días antes por el Consejo Electoral Provisional (CEP) ante la situación de violencia provocada por las quejas de fraude.
A la segunda vuelta de las presidenciales habían llegado el candidato oficialista, Jovenel Moise, y el opositor, Jude Celestin, que se negó a participar por el supuesto fraude en la primera ronda celebrada el pasado 25 de octubre.
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