Santo Domingo.- Las Encuestas se han quedado mudas ante el significativo descenso que ha tenido la popularidad del presidente Danilo Medina, quien enfrenta diversos escenarios al inicio de su segunda gestión, es algo que se veía venir. Asimismo, también es previsible que esas exigencias y demandas de distintos sectores afecten la popularidad del gobernante, algo que para él es percibido “como su niña bonita” como se dice popularmente.
De hecho, era común que el ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, diera a conocer resultados de encuestas que hablaban de la alta popularidad de Medina, lo que ha variado para este periodo.
Hasta ahora, Medina ha dado cátedras de sagacidad política y no puede subestimarse su capacidad de que salga airoso de las pruebas de ahora como lo hizo en el pasado con casos como la sentencia 168/13 que prácticamente dividió al país y en temas como la litis por Bahía de las Águilas y el caso de Loma Miranda que se exigía que fuera declarado parque nacional.
El principal problema de Medina en estas circunstancias es como satisfacer las demandas de justicia del contagioso movimiento “Fin de la Impunidad”, que aglutina personas de clase media y organizaciones sociales apartidistas y que basan sus exigencias en el escándalo de corrupción internacional de Odebrecht, que estalló en Brasil y ha tenido efectos en casi todos los países de América Latina.
Según las confesiones de Odebrecht, lo sobornos que hizo en el país a cambio de obtener obras abarcan el periodo desde el 2001 hasta el 2014, es decir, los gobiernos del PLD incluidos dos años de la gestión de Medina.
Aunque Medina en el periodo anterior pudo librar con éxito las batallas que le generaron presión, no menos cierto es que contó con una serie de factores que ahora no están en el escenario. Por ejemplo, la oposición política estuvo dividida por la crisis interna del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), pero ahora está unificada, y Luis Abinader, excandidato presidencial del PRM, se ha convertido “en una piedra en el zapato” que molesta cada vez más al gobierno.
Además, en el periodo anterior todos los golpes de críticas los recibió el expresidente Leonel Fernández, lo que ha cambiado en el escenario actual que la oposición tanto de los partidos políticos como de organizaciones sociales y de la sociedad civil han apuntado directamente al gobernante, por lo que la oposición con relación a la figura de Medina pasó de los elogios a los vituperios.
Pero también, en el Partido de la Liberación Dominicana el gobernante enfrenta niveles de descontento, específicamente entre los seguidores del leonelismo que tienen el temor de que pueda volver a modificar la Constitución para una segunda reelección, y el rencor que guardan del pasado proceso electoral por el maltrato que entienden fue víctima Fernández para Medina imponerse.
Hay que agregar que en el peledeísmo hay disgusto porque entienden que el gobierno de Medina se ha alejado de la organización, y es frecuente escuchar entre los dirigentes que el PLD no está en el Palacio Nacional. Del Comité Político en la casa de gobierno solo hay tres miembros, el propio presidente Medina, la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández y el asistente personal de Medina, Carlos Pared Pérez. La amplia participación en el gobierno de la sociedad que en el pasado fueron fuertes críticos del ahora partido oficialista, es otro tema que tiene descontento a los peledeístas.
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