Por - 7 de enero de 2018
En 1979 Nicaragua estaba sumida en una guerra civil, tenían 17 días de combate contra la guardia genocida del somocismo, por lo que el 27 de junio de ese año, se inicia el Repliegue Táctico hacia la ciudad de Masaya.
La situación obligó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) a organizar y realizar un repliegue táctico donde participaron más de seis mil personas, los milicianos se trasladaron a pie durante 12 horas hasta Masaya, esa acción causó desconcierto en las fuerzas somocistas, quienes asumieron que había derrotado definitivamente a la insurgencia.
La lectura semiótica de esta referencia no tiene como intencionalidad hacer paralelo entre el sandinismo que dio origen a la revolución en Nicaragua y el danilismo reeleccionista trapisonda que mantiene atrapada la sociedad en un debate absurdo y un embrollo sin sentido valioso para la elevación de la calidad política como lo establece el art. 75.12 de la Constitución de República Dominicana.
Guardando la distancia de los hechos y su naturaleza incomparables desde el punto de vista de las esencias disímiles que les son propias, no deja de llamar la atención la acción, su estrategia, su táctica, su fin y su intencionalidad que le es común.
Todos creemos que el éxito de la marcha verde, el desastre moral de Punta Catalina y Odebrecht, el crimen del abogado Yuniol Ramírez, el no se sabe y fuga de Quirinito, el tollo de los expedientes de la Procuraduría General de la República y lo encartados de corrupción de Odebrecht, los escándalos y muertos del CEA, el caos e incertidumbre del plan migratorio y de regularización de extranjeros; así, como, la mediación torpe y desatino de anular la comisión de UNASUR en el conflicto de Venezuela, la trampa de la invitación y abrazo en la Boda de la Hija del presidente Medina y la mano extendida al carroñero de Ramón Peralta y, la ausencia del Presidente Medina en el almuerzo del 44 aniversario del PLD, son signos que tienen la apariencia de que el danilismo reeleccionista de primarias abiertas está acorralado, golpeado y desmoralizado. ¿Derrotados o en repliegue táctico?
Los próximos 150 días de la Primera Legislatura Congresual, se tornan lo más parecido a los replegados convergidos en la Ciudad de Masaya en las que todas las facciones sandinistas firmaron el protocolo de unidad que dio lugar a la ofensiva final. En la legislatura que se inicia el 27 de Febrero próximo, se marca el fin de la era de Rubén Maldonado y la recuperación del Control de la Cámara de Diputado con Radhamés Camacho por parte del danilismo. Entre el 27 febrero y 24 de Julio, será una etapa de incertidumbre y boicot legislativo para impedir a cualquier precio que iniciativa alguna, llámese: ley de partidos o la de régimen electoral se conozca. No habrá concepción ni tregua para Leonel Fernández. La ofensiva final de Danilo Medina, Miguel Vargas Maldonado e Hipólito Mejía de primarias abiertas simultánea y composición del Tribunal Constitucional, será de tierra arrasada en la Segunda Legislatura Ordinaria con Camacho como Presidente de la Cámara de Diputado.
El danilismo hará gala de sus virtudes de: avasallamiento, manipulación y compra de lealtades para imponerse, sin importa cuál sea el destino de la Democracia Dominicana y sus Instituciones, harán, aún lo inaudito si es necesario; y lo inaudito e insólito en esta ofensiva final antidemocrática del Danilismo-OTAN, supone la destrucción y exterminio político del Partido de la Liberación Dominicana.
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