miércoles, 14 de marzo de 2018

Suspenden a más de 13 % de peloteros dominicanos que jugaron en las temporadas 2005-2017 de la MLB por dopaje

EEUU. -En la última década de su dilatado mandato al frente de la pelota otoño-invernal, Leonardo Matos Berrido promovía que se declarara al béisbol como Marca País,
una petición que nunca recibió el sí ni del Palacio Nacional ni del Ministerio de Turismo.
Y es que, si bien los nombres de Juan Marichal, Pedro Martínez, Albert Pujols, Robinson Canó y más de un centenar de figuras aportan un valor positivo al gentilicio dominicano y al país, un segmento importante de sus colegas lo enloda, en el pasado con alteraciones de identidades, y en los últimos 13 años con jeringas, lo que ha enterrado la candidatura del béisbol como concepto de marketing y comunicación para referirse al valor intangible de la reputación que se asocia a la Marca País.
Desde que la Major League Baseball implementó el programa de dopaje en 2005 un total de 327 criollos han jugado al menos un partido en el Big Show. De ese grupo, 42 han sido suspendidos, ya sea porque fallaron a las pruebas o porque estuvieron involu- crados en programas encubiertos relacionados al uso, como la clínica Biogenesis.
Son el 13% de los criollos que han estado bajo el radar, una vergüenza que hay que acompañar en el mismo perfil del país con los premios al Cy Young, MVP y nichos en Cooperstown que adornan la ficha quisqueyana en la MLB.
Del grupo de 42 duartianos, 29 se encuentran dentro del total de 69 que Grandes Ligas ha suspendido con contratos del Big Show (cuatro de ellos al menos dos veces), mientras que 13 fueron amonestado mientras se encontraban en las ligas menores, pero tenían o luego adquirieron experiencia al máximo nivel, como Jorge Sosa, César Puello, Alex Reyes, Wilson Delgado y Pedro López.
Es una herida que no termina de cicatrizar y que Jorge Bonifacio se convirtió el sábado en el más reciente en moverla. Hace rato que los seguidores del béisbol perdieron la capacidad de asombro con los toleteros criollos, no hay “santo” que no se pueda caer de su altar.
Cuando se estrenó el programa (2005), Agustín Montero, Carlos Almánzar y Félix Heredia se encargaron de que la bandera dominicana colgara en la primera lista. Cuando el número de amonestaciones tocó su pico (2013), allí también hubo presencia masiva criolla con nueve de los 15 casos, una en la que figuras como Alex Rodríguez, Nelson Cruz y Miguel Tejada pueden haber hipotecado con intereses impagables sus aspiraciones a un día entrar al Salón de la Fama.
En 2014 solo hubo un positivo de dopaje en la MLB y fue dominicano, Alexander Colomé. En 2017 solo dos peloteros fallaron al programa y ambos tienen pasaporte quisqueyano: Starling Marte y David Paulino.
Bonifacio ha abierto la lista de 2018 y el único pelotero que ha fallado tres veces a la misma sustancia y suspendido de forma permanente también nació aquí, Jenrry Mejía.
Manny Ramírez (uno de los mejores bateadores derechos de la historia), Bartolo Colón (que en 2018 puede convertirse en el latino con más triunfos), Ervin Santana (a punto de llegar a las 150 victorias), Jhonny Peralta, Edinson Vólquez y Melky Cabrera tendrán que vivir el resto de su vida con el asterisco tan tóxico para los atletas como la corrupción para los políticos.
Con el 42% de las suspensiones de bigleaguers aplicadas a criollos, este grupo marca la pauta para que la MLB tenga que mantener el radar encendido en torno al país.

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