Santo Domingo. – El presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) y del Consejo del Poder Judicial (CPJ), doctor Mariano Germán Mejía, mostró su reacción
ante una carta que le envió la magistrada Miriam Germán Brito, reclamándole que no siga con la actitud permisiva frente a “las faltas de respeto” a los jueces, cometidas por el Ministerio Público.
De inmediato, el magistrado Germán Mejía llamó atrevidos, tanto a la jueza Germán Brito como al Procurador de la República Jean Alain Rodríguez y dijo que solo él tiene voz para esos reclamos, por lo que no aceptará que personas a las que no les competen, vengan a querer tomar decisiones.
A continuación, la carta integra escrita por Miriam Germán Brito:
Magistrado Mariano Germán Mejía,
Juez presidente de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo del Poder Judicial.
Su Despacho:
Honorable magistrado:
Contestemente por medio de la presente quiero hacer algunas anotaciones acerca de afirmaciones de la Procuraduría General de la República.
En el día de ayer en un comunicado de la Procuraduría General de la República, suscrito por la doctora Laura Guerrero Pelletier, directora del PEPCA, que entre otras cosas afirma refriéndose a las recusaciones lo siguiente:
“Que las tácticas dilatorias responden al interés de que sea designado un juez que le sea favorable a los representados y a la impunidad”.
De esta afirmación, que no creo que tenga precedente, se desprende de que, para la Procuraduría General de la Pública, el magistrado Ortega es el único juez, “no favorable a la impunidad y ni es favorable a los acusados”, con este parecer la señora Guerrero Pelletier a un magistrado como Ortega, de cuya imparcialidad y decencia no dudo, lo presenta como el único capaz de no favorecer la impunidad, ni es favorable a los procesados.
Tangencialmente esta afirmación conlleva una ofensa al magistrado Ortega, presentándolo como un incondicional de la Procuraduría General de la República que después de todo es sólo una parte e insulta a los demás 15 jueces porque se desprende que ninguno es capaz de obrar limpiamente sin hacerse cómplice de procesados y de la impunidad.
De los procesados originales hubo a quienes se les sacó de sus hogares con un despliegue de fuerza como si se tratase de alguien del Ejército Islámico.
Convocó la Procuraduría General la prensa para que presenciara el espectáculo, consta en el expediente mal enviado por la Procuraduría General de la República, se pidió prisión preventiva por nueva meses, año y medio y otras medidas.
Hoy más de un año después, la Procuraduría General de la República si mayores explicaciones dice que archiva provisionalmente por no encontrar pruebas, muy bien hacerlo, y si no hay pruebas es un acto de justicia para esos procesados, pero el organismo que ejercicio esa facultad quiere ahora que la Suprema Corte de Justicia se pliegue a sus pretensiones como si tuviéramos con ellos un mal tendido espíritu de cuerpo, cuando cualquier estudiante que curse las asignaturas iniciales saben que nuestros papeles son diferentes y que no somos subordinados el uno del otro.
No recuerdo de ningún juez saliera ninguna descalificación por este hecho que forma parte de sus atribuciones.
Resulta que ahora nos vemos los jueces frente a afirmaciones descalificadoras por el conocimiento de una recusación, que no es una táctica dilatoria, es un instrumento que tienen las partes y que está relacionado con el derecho a un juez imparcial.
Si el pleno de la Suprema Corte de Justicia designa un juez que no sea de la confianza o del agrado de la Procuraduría, tienen abierta la misma vía que usaron los imputados.
Creo que de un tiempo a esta parte no sólo esta Procuraduría General de la República se ha acostumbrado a irrespetarnos y pienso que ello obedece a que nunca le han recordado que son sólo una parte en el proceso y que los jueces son terceros imparciales.
No olvido un procurador que por razones políticas no recurrió una decisión relacionada con el senador Félix Bautista dijo: “No recurro porque la Suprema no me merece confianza, sé cuál va a ser el resultado”.
Señor presidente: le reclamo firmemente que en su condición de cabeza del Poder Judicial no continúe con la actitud permisiva frente a la falta de respeto, desconsideraciones, a cada uno de nosotros, miembros de este cuerpo.
Merecemos que usted asuma la respuesta a adecuada frente a sugerencias aviesas, afirmaciones desconsideradas.
El Ministerio Público en todos los estamentos es lo que es: una parte en el proceso y si a veces tomamos frente a abogados irrespetuosos una respuesta ríspida no veo razón para que no sea diferente con el Ministerio Público, ambos son partes.
En mi condición de miembro, espero que usted asuma su papel.
Entre nuestros deberes no está callar ante el insulto. Después de todo masoquista no somos.
Sin otro particular, se despide con sentimiento de estima,
Atentamente,
Miriam Germán Brito,
Presidenta Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia
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