Su manejo, durante varios años en el puesto de Procurador Regional de Barahona, con absoluta transparencia, inteligencia, coraje, pero sobre todo, con la prudencia debida, así lo atestiguan.
D’ Oleo Montero, es un hombre de una fortaleza increíble y con unas ganas enormes de vivir, una vez terminó el breve acto protocolar de traspaso de mando a la magistrada González Carpio, se dirigió a su vehículo para trasladarse a San Juan, en donde se somete a diálisis tres días a la semana.
Esa coraza de hombre fuerte, aunque socialmente muy sensible, lo dejó en evidencia cuando él, pero también su esposa, lloraron de la emoción por dejar a los colaboradores con los que construyó relaciones efectivas de amistad, de compañerismo, con niveles de familiaridad.
Agradeció al Procurador General de la República (PGR), Jean Alain Rodríguez, de quien dijo ha realizado una fructífera labor con muchos frutos que exhibir a favor de la sociedad
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