Santo Domingo. – Los dirigentes del PLD, Leonel Fernández y Reinaldo Pared, aceptaron recibir a dirigentes
de bases del partido quienes pidieron se les escuche en torno a la metodología que se adoptara para escoger a los candidatos electorales. A los peledeístas les cerraron las puertas de su casa y ahora les abren unas ventanas, pero siguen en la calle del desamparo.
Podré entender que es un ejercicio democrático. Pidieron y se les complace. Serán escuchados, pero ¿qué se hará con eso? El sábado Leonel y Reinaldo serán mensajeros en la reunión del Comité Central y allí dirán que hay una ringlera de quejosos que alegan suplantación del Congreso del PLD por un organismo intermediario.
Leonel y Reinaldo uno u otro o ambos a la vez dirán en la reunión que hay quejas. Yo pregunto y pregunto: ¿y qué se hará con eso? Todo mundo sabe que a las bases del PLD nuevamente las usan para ser pisadas como en el béisbol y que los danilistas tienen decisión tomada en adoptar primarias abiertas.
El presidente del PLD lanzó un vídeo para informar a los peticionarios de su partido sobre las reuniones que se continúan hoy. Fernández da la cara por el PLD, pero en realidad él coincide con ellos porque también reclama que el máximo organismo de dirección es el Congreso.
La democracia consigna que siempre hay que dejar válvulas de escape para dar salida a los sectores inconformes, pero no pasan de ser instrumentos de descompresión que en este caso no varían la línea suplantadora que prima en el danilismo.
En el PLD Danilo Medina avasalla con su mayoría e incumple acuerdos y pactos. La convocatoria del CC dice que está trucada y que se aprovechará la reunión para colar la reelección mediante la acción de los legisladores danilistas.
Aunque me comentan que hubo acuerdos de alto nivel para dejar la reunión del CC únicamente en el tema de las primarias, la sabermetría política dice que la imposición es estilo danilista. De todas formas, esa reunión del CC será un antes y después.
La tensión interna que vive el PLD es la de mayor impacto histórico. La pretensión reeleccionista tiene a ese partido a las puertas de la división, tal y como ocurrió cuando el presidente Hipólito Mejía provocó la reforma constitucional para reelegirse y dividió el PRD.
Es democrático escuchar las bases, pero el danilismo está de oídos sordos
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