Santo Domingo.- La media del uso de teléfono en la población adulta se sitúa entre las 4 y las 9 horas diarias. Y, de acuerdo a Cal Newport, profesor de Informática en la Universidad de Georgetown y autor de varios libros de autoayuda en los que ensalza las bondades de reducir el impacto de la tecnología en nuestras vidas, es una barbaridad evitable.
El autor de ‘Deep Work’ relaciona la obsesión mundial por los móviles con el alza de alimentos insanos del siglo pasado. Durante la segunda mitad del siglo XX se produjo un alza de la comida rápida que supuso (obviamente) un aumento en la cantidad de enfermos de obesidad mórbida. La consecuencia más palpable de esto es la moda que ahora vivimos en la que todo lo sano es cool. La quinoa y sus amigos se han ganado un puesto en nuestras despensas y las fotos de gimnasio, en nuestro feed de Instagram. La gente percibió un peligro, se hartó de él y reaccionó.
Lo mismo, de acuerdo a Newport, pasará con las tecnologías. Los años ‘90 vieron un momento de “tecnomaximalismo” que se ha hinchado más y más como una bola de nieve despeñándose a toda leche por una montaña hasta la actualidad. Pero ya hay cada vez más voces que se levantan en contra del usar el móvil en reuniones de amigos, de comprar smartphones a los niños, del diseño adictivo de las aplicaciones, etcétera. Y, previsiblemente, la tendencia acabará en un rechazo a la tecnología innecesaria cada vez más potente.
Si quieres ser el primero de la clase y empezar desde ya a tomar medidas para mejorar tu salud mental, toma nota de los consejos que da el renombrado informático para usar menos el móvil.
- Plan detox de 30 días
No, no te vamos a decir que rompas el móvil a martillazos porque sabemos que no vas a hacerlo (y porque no nos fiamos de la gente que, cuando le dices que rompa algo a martillazos, lo hace). Lo que queremos es que identifiques esos usos “prescindibles” que le das al móvil y te deshagas de ellos durante 30 días. En otras palabras, no borres la aplicación de correo del trabajo; pero Candy Crush, a la basura. Hasta Facebook y Twitter se van a la basura.
La idea no es sacrificar tus redes sociales de forma definitiva, eso queda a tu elección. El plan es vivir sin ellas durante un mes para darte cuenta de que, anda, puedes vivir sin ellas durante un mes. Idealmente, esto te hará comprender si tienes (tenías) dependencia del móvil y hasta qué punto las redes sociales son un valor añadido a tu vida.
- Acaba con el FOMO
Una de las cosas que más asusta a la gente a la hora de enfrentarse a este reto es el FOMO (Fear of missing out, o lo que es lo mismo, miedo de estar perdiéndose algo). Y lo pillamos, la vida fuera de Instagram puede sonar aterradora. Pero, si te paras a pensarlo, puedes sobrevivir sin enterarte de que Zac Efron se ha dejado barba y ha adoptado un perro. Para eso estamos nosotros. Y, si te paras un rato más, te darás cuenta de que el verdadero miedo es perder los mejores años de tu vida consagrándolos a una pantalla.
Así que, vale, ya te has quitado las redes sociales innecesarias. ¿Cómo combatir el FOMO en WhatsApp o incluso en el correo, esa ansia de saber inmediatamente de qué va el meme que te ha enviado tu compañero de trabajo, que te está impidiendo engancharte a la peli que estás viendo?
Deja el objeto de deseo fuera de la vista. Deja el móvil en la guantera cuando vayas en el coche. Abandónalo en tu dormitorio cuando vayas al salón a ver la tele o a leer un libro. No lo saques del bolsillo del abrigo cuando vayas a cenar fuera. Déjalo fuera de tu alcance cuando te metas en la cama. Saca de tu mente ese estímulo constante que te está creando una ansiedad innecesaria.
- Invierte tu tiempo en cosas pequeñas
¿Te acuerdas de qué hacías antes de pasarte el día en Instagram? Vuelve a hacerlo. Mejor si son actividades sociales o que requieran habilidad. Lee un libro. Aprende a tocar la guitarra. Monta un concurso de tapas con tus colegas. Haz ganchillo. Verás cómo la sensación que te reportan es mucho más intensa y satisfactoria que un like en Instagram.
- Valora el coste
Uno de los mayores peligros del teléfono es este. Vemos esta nueva aplicación que hace esto que resulta tan útil y gratificante, y todo lo que vemos son los beneficios. No vemos que tener una aplicación más nos va a costar pasar 20 minutos al día más enfrascados en ella.
El estar alejado de ellas (porque entendemos que a estas alturas ya estás llevando a cabo el punto 1) te ayudará a darte cuenta de cuánto tiempo perdías en Facebook y cuánto más aprovechas el tiempo libre ahora. Puede que las redes sociales sean “gratis”, pero el precio de tu tiempo es un coste del que nadie te había hablado.
- Pierde el miedo a estar contigo mismo
La marca más obvia de la adicción es la necesidad constante de estímulo que nos han creado los smartphones. Y este estado de semi agitación continua nos está destrozando la puñetera cabeza. Ya no sabemos aburrirnos. Ya no nos soportamos a nosotros mismos.
Reconcíliate con esa voz interior que has estado ignorando en favor de vídeos de perros bajando escaleras en Facebook. Escúchate a ti mismo, igual tienes algo interesante que decir. No tengas miedo a estar tú solo en tu casa, con una taza de café, reflexionando sobre el mundo. Es sano.
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