Santo Domingo. -El régimen, atolondrado y desposta del expresidente Nicolás Madura, que en los últimos seis años destruyó la mitad de la economía venezolana cuya sociedad lleva más de una década sumida en la desesperación social, está agonizando, en sus últimos estertores, tras que, finalizado su mandato,
se juramentara Guaidó, gobernador del Congreso, como presidente interino del país. Previamente 14 gobiernos del continente le habían negado reconocimiento para continuar, luego, Estados Unidos y la Unión Europea, le desconocieron y, más tarde, lo hizo Inglaterra.
Esta acción en este caso a un Gobierno sin apoyo popular, no es un acto de maquillaje para el aislamiento político, sino que ya se tradujo esta semana en actos económicos de asfixia total; Inglaterra le bloqueó el uso de USD$ 1,200 millones en oro de sus reservas, negándose a que el Banco Central de Venezuela dispusiera de dicha suma y, eso sucederá con los otros 6,800 millones de sus reservas distribuidos en varios países.
Por otra parte, Sitgo, la joya de la corona de la economía venezolana, una refinería que opera en suelo norteamericano y a través de la cual se realizan las ventas de petróleo, garante de las facilidades crediticias de PDVESA, si bien no envía fondos a Maduro desde el 2017 cuando Trump la bloqueó, contribuye, es través de ella que se coloca en el mercado su “único producto de exportación” y, Guaidó anunció que designara a otro Consejo de Administración, esta semana, que desde luego será reconocido por Estados Unidos.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha sido convocado para tratar el tema y, si bien es posible esperar que Rusia y China, ambas con poder de veto, le extiendan la mano a Maduro, impidiendo sanciones inmediatas y directas acordes con la situación de emergencia humanitaria que padece Venezuela, la cuestión en términos económicos seguirá siendo tan grave, en un paciente tan extremadamente debilitado, que hasta la ineficaz OEA estará en condiciones de recibir el cadáver del régimen y organizar su sepultura.
El problema de la negociación es hacia donde irá en exilio Maduro, pues en los espacios territoriales de sus pocos aliados, seguro que no deseará vivir por ello, aunque ya se conoce la posición del Gobierno dominicano, conviene a Venezuela, que desde ya, República Dominicana le ofrezca asilo, como hizo en el pasado, incluso el reciente con Chávez y, como ha recibido a los demás exiliados económicos y políticos de Venezuela, igual a como en el siglo XIX lo hizo ese querido país con Duarte y muchos otros dominicanos.
El problema de un exilio seguro no se reduce a Maduro, sino que se extiende a otras personas de su Gobierno eventualmente imputables de múltiples delitos, que llenos de temor, desesperados, fuerzan al poco dotado Maduro a aferrarse contra toda lógica al poder: Chávez fue un gobernante carismático de grandes desatinos, el mayor, dejar en el poder a Nicolás…, ejemplo de carencia de luces, en el poder.
Maduro tiene ocho días para convocar elecciones conforme le ha solicitado España, apoyada por los demás países de la Unión Europea, entre ellos Francia y Alemania, otro camino sería provocar una explosión social o un magnicidio, ojalá se imponga la sensatez.
¡Ah! Y lo de comprar las acciones de Venezuela en la Refinería, debe plantearse cuando dicho país tenga otro Gobierno.
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