SANTO DOMINGO, República Dominicana.- Los inmigrantes en el país enfrentan varios obstáculos para legalizar su estatus.
En el caso de los haitianos que son el grupo más grande, deben renovar sus permisos cada año. Mientras que los venezolanos deben pagar multas por no tenerlos.
Esconden su rostro por temor a ser deportadas.
Forman parte de los miles de haitianos que residen en República Dominicana de forma ilegal. Para los más de 200 mil que sí han logrado regularizarse, el proceso ha sido arduo.
Los costos para cualquier obrero son elevados. Anualmente deben renovar la cédula y la residencia, por un monto superior a los 200 dólares. Esto aparte de lo que ya invirtieron para cruzar la frontera, cifra que prefieren no revelar.
Aunque llegan mucho más preparados que los haitianos, los venezolanos también pasan vicisitudes por el tema migratorio.
Por ende optan por ser conductores en rutas del transporte público, aunque con la dificultad de que no pueden obtener una licencia.
Si se pasan de su estadía estipulada, deben pagar multas que inician en 50 dólares y pueden alcanzar hasta los 1,400.
Oficialmente, la dirección de Migración solo tiene regularizados a 278 venezolanos de los más de 22 mil que dicen encuestas viven en República Dominicana.
A pesar de los obstáculos, narran que las ventajas de estar fuera de sus respectivos países hacen que el sacrificio valga la pena.
Para ahorrar y hacer rendir sus ingresos, como cualquier inmigrante hasta comparten viviendas.
Los venezolanos de dejan de mostrar su agradecimiento por el pueblo dominicano por la acogida que han recibido.
En caso de los haitianos aseguran que tienen la oportunidad de visitar a sus parientes cruzando la frontera dos o tres veces al año, sin embargo, es distinto para los venezolanos quienes dicen temer volver por la situación que enfrenta su país.
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