miércoles, 8 de mayo de 2019

Falta de recursos y malas condiciones estructurales limitan buen servicio en el hospital Cabral y Báez

Santo Domingo.– El hospital José María Cabral y Báez, concebido como un centro de especialidad de atención terciaria, se ve limitado por la baja subvención de recursos económicos que recibe, los que apenas llegan a ocho millones de pesos y la tardanza en la reconstrucción de la estructura.
El Cabral y Báez atiende pacientes que llegan de las 14 provincias que integran la región Norte. Para poder operar con normalidad, se requiere de 30 millones de pesos anualmente, por lo que tienen un déficit de un 45 por ciento.
Con la eliminación de la cuota de recuperación, el hospital recauda nueve millones de pesos mensualmente, recursos que provienen un 63 por ciento de los pacientes asegurados. El otro 37 por ciento que carece de seguro, recibe igual atenciones, pero consume una parte importante del presupuesto.
Ernesto Rodríguez, quien desde hace cuatro años dirige el hospital Cabral y Báez, reconoce que la tardanza en los trabajos de reconstrucción de los bloques Sur y Oeste y del nuevo edificio limita los servicios.
Rodríguez asegura que los servicios que se ofrecen permiten llegar a miles de personas en toda la región Norte.
En el remozamiento de la edificación, el gobierno contempla una inversión de 2,040 millones de pesos, y se espera mejorar su estructura física para que pueda soportar un sismo de gran magnitud.
Uno de los problemas del centro es que después del proceso de reconstrucción, el número de camas de ha reducido, porque de 400, ahora solo tienen 200, lo que disminuye la cartera de servicios.
Entre las áreas entregadas se encuentra la emergencia, la cual cuenta con 40 camas. La unidad comenzó a funcionar en junio del 2017.
Como parte de la ampliación ante el aumento de la demanda de servicios, la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) levantó un nuevo edificio, cercano al ala Norte, que cuenta en su primer nivel con áreas de emergencia, laboratorios, imagenología, farmacia.
En tanto, que el segundo piso contará con consultorios, ginecología y neonatal y en el tercer nivel se establecerán diez quirófanos, uno de ellos con espacio para enseñanza, también tendrá salas de pre y post operatorio, así como una unidad de cuidados intensivos.
El cuarto piso del nuevo edificio albergará el área de oftalmología y salud bucal, con dos quirófanos cada uno. Además, cuentan ya con una farmacia de medicamentos de alto costo, que fue inaugurada por el Ministerio de Salud Pública.
Aunque para su entrega se han dado al menos seis fechas por parte de Francisco Pagán, director de la OISOE, ni siquiera la propia dirección del centro sanitario conoce cuándo estará funcionando.
Francisco Ángeles, especialista en psicología, psiquiatría y geriatría en el hospital universitario, recuerda que antes contaban con más de 40 servicios especializados y más de 400 médicos en su plantilla y un personal de enfermería de casi 2000 empleados, donde siempre existía personal de trabajo social.
“En la actualidad el hospital universitario José María Cabral y Báez está pasando por una de sus peores crisis, producto de la no aplicación de la ley de Seguridad Social. En los últimos años ha habido brotes producto del hacinamiento y la falta de higienes, lo que afecta no solo a los pacientes, sino también a su personal más vulnerables que allí labora, entiéndase enfermeras, médicos residentes y personal de limpieza, técnico y de apoyo a la salud”, apunta Ángeles.
Lamenta que, además del retraso en los trabajos de remodelación, se haya eliminado la capilla del centro asistencial, que era usada por enfermos y familiares para orar y pedirle al Señor que restablezca su salud.

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