domingo, 4 de agosto de 2019

Isidoro Santana y la catarsis de la democracia danilista

Las cosas iban por un camino, que chocan con los principios democráticos por los que he luchado y en los que he creído

toda mi vida” (Isidoro Santana).  Queda claro que el laberinto de problematización a que se refiere el ministro destituido, que le llevaron distanciarse y oponerse al plan de perpetuidad y reforma constitucional; son los caminos del poder y de ejercicio de gobierno del danilismo y la reelección perene del presidente de la República.
De Isidoro Santana no me une ninguna razón de tipo política, de amistad o profesional. Todo lo contrario, en el proceso del Diálogo Nacional fui un crítico desde mi Columna del desaparecido periódico el Siglo de sus propuestas, proyectos de leyes y puntos de vistas neoliberales que la fundación Siglo 21 encaminará en el Diálogo Nacional, cuyo fin era la destrucción de la cosa pública en favor de la privatización, desregularización del mercado y reducción de la obligación del Estado como ente moderador en este sentido.
La otra circunstancia en que tuve un trato con el ministro de planificación y Economía destituido y no bien tratado por el autoritarismo e intolerancia del presidente Danilo Medina Sánchez y sus funcionarios en un acto de desconsideración que, a todas luces, fue poco noble y por demás grosero, impropio para una persona como Isidoro Santana.
Este trato a que hago referencia fue en una entrevista que me tocó hacerle para el programa de radio “Universidad 2000”. Entrevista que marcó mi ruptura con el programa y los otros coproductores: Roberto Reyna y Juan López.  Las diferencias no fueron por el contenido de la entrevista que versó sobre el anteproyecto que dio origen a la ley 139-01 y sus finalidades privatizadoras de la UASD, en la misma Isidoro fue coherente con lo que piensa y con lo que trató de convencer a Leonel Fernández sin lograrlo, de que la única forma de transformar la UASD era modificando su base legal contenida en la ley 5778.
El asunto que produjo mi salida del programa fue que los otros dos productores, Juan López y Roberto Reyna, coincidían con Isidoro Santana y defendían su postura neoliberal en los comentarios. Rebatí y contradije sus posturas, porque entendía y sigo entendiendo que esta ley 139-01 era y es una conspiración contra la cosa pública y la Universidad Autónoma Santo Domingo y, que permanecer en un espacio donde se promueven estos valores sería un acto de deslealtad a la UASD, en mi condición de docente.
El tercer escenario en que me he visto con Isidoro Santana es el lugar donde ambos caminamos y nos ejercitamos cada mañana, doy testimonio de la forma simple y humilde sin alarde de poder y sin seguridad aparatosa que lo hace. Augura Isidoro Santana más éxitos que el que él auguró al hijo de Felucho Jiménez que lo sustituye en el cargo: por ser hijo de un miembro del Comité Político y él Miembro del Comité Central.
Amargamente hace una catarsis de los obstáculos, las trabas y las dificultades que no le permitieron tener el éxito deseado en el desempeño de sus funciones y que probablemente, si tendrá el hijo de Felucho Jiménez.
Lo único que no ha hecho público Isidoro Santana, es que además de oponerse a la reforma constitucional para una nueva reelección, es que hizo saber: “que, si se daba la reforma para la habilitación, se iba del gobierno y renunciaba”.  Creo que esta, más que las otras razones, fue el detonante para su destitución y separación del gobierno. ¿Cuánta democracia? ¿Cuánta Tolerancia? ¿Cuánta gratitud Magino?
Respeto y admiro la coherencia de Isidoro Santana, no así, su concepción y filosofía sobre el mejor y más justo modelo social económico.  Ahora, es inaceptable el trato que recibió por no ser parte un proyecto antidemocrático de poder que vulnera la constitución.  ¡A los hombres dignos se le trata con respeto, aunque sean sus adversarios

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