Colombia. – La política liberal Karina García Sierra, candidata a alcaldesa en las elecciones de octubre próximo en el municipio colombiano de Suárez, en el convulso departamento del Cauca (suroeste), fue asesinada junto a cinco acompañantes y sus cuerpos incinerados, informaron fuentes oficiales.
Por su parte, el gobernador del Cauca, Oscar Campo, detalló a la emisora Blu Radio que entre los seis asesinados se encuentra la madre de la candidata.
El gobernador explicó que en el vehículo de la candidata liberal viajaban en total siete personas y que encontraron seis cadáveres incinerados.
“En total, en el vehículo iban siete personas, pero el escolta alcanzó a lanzarse del mismo en el momento del ataque y resultó herido”, agregó Campo.
El pasado 28 de agosto García publicó un vídeo en el que advertía de que la publicidad de su candidatura estaba siendo objeto de ataques en el corregimiento (caserío) de Betulia.
Además, denunció que el pasado 21 de agosto un grupo de trabajadores de su candidatura fueron interceptados en Betulia por “cuatro sujetos armados de un grupo al margen de la ley” que aseguraron tener “orden directa” de que su publicidad no debía ponerse en ese corregimiento y “que debía ser retirada la que ya estuviera puesta”.
“Le pido a seguidores y demás candidatos que no continúen haciendo frente a estos grupos armados, comentarios acerca de mi candidatura, comentarios que son falsos como que voy a traer a paramilitares, a multinacionales que les voy a quitar las tierras a la gente. Esto puede traer para mí consecuencias incluso fatales”, advirtió entonces la política en un mensaje premonitorio.
El senador liberal Luis Fernando Velasco, del departamento del Cauca, aseguró en su cuenta de Twitter que es una “dolorosa noticia” y mostró su esperanza de que “el Gobierno nacional tome con toda la seriedad el caso de la seguridad del Cauca”.
El líder indígena en esa región Feliciano Valencia publicó en la misma red social dos fotos del vehículo completamente incinerado en que viajaba García y en que se puede ver cómo el capó del motor fue tiroteado.
La región del Cauca está sumida en una profunda crisis de seguridad por la presencia de disidencias de las FARC y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que se disputan el control del territorio y el narcotráfico con bandas criminales.
El Gobierno ha reforzado la presencia militar en la zona pero los enfrentamientos no han parado y la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) alertó en agosto pasado del confinamiento de 500 personas en varios puntos del municipio de Suárez.
Ese municipio es uno de los que más ha sufrido los embates del conflicto e incluso el 16 de agosto una delegación de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos (MAPP/OEA) y de la Defensoría del Pueblo quedó en medio de un ataque a la fuerza pública.
Esa delegación tenía como objetivo realizar labores humanitarias en la zona, por lo que instó “urgentemente” al Ministerio del Interior y a la Gobernación del Cauca a “coordinar un corredor humanitario” para que ingresen alimentos y víveres.
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