raras somos las personas, peleamos con los vivos y regalamos ramos de flores a los muertos. Nos quedamos años sin hablar con un vivo y cuando muere hasta le hacemos un homenaje. No se tiene tiempo para visitar a un vivo, pero nos quedamos un día entero en un velorio. Cuando alguien está vivo no llamamos, no abrazamos, no decimos lo importante que es para nosotros,
pero nos lamentamos, lloramos y hasta pedimos perdón ante un muerto.
Muchas veces perdemos la salud con tal de ganar dinero, después perdemos todo el dinero para recuperar la salud, y lo más triste es que a veces ni siquiera podemos lograrlo, lamentablemente la muerte nos alcanza sin haber disfrutado de la vida. Vivimos como si nunca nos fuésemos a morir y cuando morimos lo hacemos como si nunca hubiéramos vivido, hasta parece que lo más valioso es la muerte y no la vida, ¡Qué ironía!, pero necesitas la tristeza para saber qué es la felicidad y la ausencia para valorar la presencia. Es que los seres humanos somos tan estúpidos que, en vez de valorar la presencia, valoramos la ausencia. El tiempo no se detiene ni espera por nadie, la vida se nos puede ir en cualquier momento. Los seres que apreciamos y amamos tampoco duran para siempre.
Hoy, justo en este momento estamos aquí, pero mañana nadie lo sabe, por eso hoy te digo a tiempo, no dejemos nada para después… Después te llamo, después lo hago, después lo digo, después yo cambio, dejamos todo para después como si el después, fuese lo mejor, ¿por qué?... No entendemos que después el café se enfría, después la prioridad cambia, después el encanto se pierde, después temprano se convierte en tarde, después la añoranza pasa, después las cosas cambian, después los hijos crecen, después la gente envejece, después el día es noche, después la vida se acaba, no dejes nada para después porque en la espera del después tú puedes perder los mejores momentos, las mejores experiencias, los mejores amigos y todas las bendiciones que Dios tiene para ti.
Acuérdate que el después puede ser tarde, los que murieron ayer tenían planes para esta mañana y los que fallecieron esta mañana tenían planes para la noche. El mañana no le está asegurado a nadie, joven o viejo, en un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar, así que disfruta de la vida con lo que tienes, perdona y ama con todo tu corazón, EL MOMENTO ES AHORA O Nunca.
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