SANTO DOMINGO.- La crisis sanitaria, que obligó a cerrar los templos religiosos, hoteles y centros de diversión, también puso en jaque a la industria de organización de eventos y decenas de parejas debieron suspender y posponer sus bodas.
Los sueños de Gabriela de caminar de blanco rumbo altar y los preparativos que poco a poco tomaban forma para la ceremonia en la que formalizaría su amor con Carlos Javier, también fueron víctimas de la pandemia.
Sus 13 años de noviazgo quedarían sellados con un SÍ ante el altar el 22 de mayo, pero la crisis sanitaria los obligó a poster la boda.
En el caso de las quinceañeras, algunas quedaron con el amargo sabor de no poder vivir el sueño de muchas adolescentes, pese a tenían el vestido y la fiesta lista.
Otras, como Brissa Mariel Fernández se llevaron la tremenda sorpresa de poder bailar el vals, aunque no de la forma que habían planeado.
Y por si fuera poco, una caravana de buenos deseos desfiló frente a su casa.
Además de que más de 200 bodas y fiestas de 15 años que estaban programas para los dos últimos meses fueron cancelados o pospuestas para el año próximo, los organizadores de eventos advierten que la crisis sanitaria obligará a esa industria a transformarse para aplicar los nuevos protocolos sanitarios.
Otras actividades canceladas por la pandemia fueron conferencias, convenciones, talleres y despedidas de solteros
Los organizadores vaticinan desde ya que ante el impacto que sufre y sufrirá la economía, se producirían cambios en los precios, en el caso de la bodas y quince años, no solo en vestuarios, sino también en alquiler de locales, buffet y otros servicios.
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