Margarita Cedeño, considerada la figura con mayor potencial para convertirse en la primera mujer que ocupe la presidenta de República Dominicana, ha regresado a la opinión pública cuando su partido atraviesa por otro difícil momento, tras su división y derrota en las elecciones del año pasado.
Cedeño tuvo un meteórico ascenso en su carrera política desde 2004, dirigiendo en dos ocasiones el influyente Despacho de la Primera Dama, la vicepresidencia de la República y el Gabinete Social de la Presidencia, pero su popularidad quedó erosionada en medio de un futuro confuso.
Su exitoso protagonismo inició desde que su esposo, el expresidente Leonel Fernández, regresó al poder en ese año como candidato del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y se dimensionó aún más tras la reelección presidencial en 2008. El Despacho pasó a manejar presupuestos que rivalizaban con ministerios del gobierno.
El reconocimiento a sus planes en favor de sectores sociales deprimidos, mujeres vulnerables y niñez desvalida produjo un boom en la proyección política de Cedeño durante el proceso electoral de 2012.
Su esposo se vio precisado a abandonar el proyecto de una nueva reelección, debido al impedimento consignado en la Constitucional de 2010. Los seguidores de Fernández dirigieron su mirada entonces hacia la primera dama.
Aspiración
Margarita Cedeño aceptó el reto. Anunció su candidatura presidencial y advirtió a los que regateaban su militancia partidista, que no la retiraría. Por el contrario inició la campaña el 16 de abril de 2011, colocando al PLD en su punto más alto de ebullición.
Los seguidores de Danilo Medina enfrentaron de manera radical la osadía de Cedeño de Fernández, y volvieron a levantar con vehemencia la vieja consigna “¡Ahora es!!… ¡Ahora es…!!”. Defendían así que era el tiempo de su líder.
Medina había sido derrotado como candidato presidencial del PLD en las elecciones del 2000, y volvió a fracasar en su intento de 2007, porque Fernández le ganó la convención, llevándolo a pronunciar la frase lapidaria: “Me venció el Estado”
En esas circunstancias la precandidata Margarita Cedeño anunció en una alocución al país la noche del 25 de abril de 2011, que declinaba a la contienda por la candidatura presidencial. No obstante, las tensiones internas continuaron agravándose, aún después del triunfo de Medina en la convención de junio, donde compitió con José Tomás Pérez, Francisco Domínguez Brito y Radhamés Segura.
Vicepresidencia
La dirigencia peledeísta entendió la necesidad de buscar fórmulas unitarias para poder retener el poder en las elecciones de 2012. La figura refrescante de Margarita Cedeño surgió como ente catalizador, dada su popularidad entre seguidores de Fernández y un segmento externo considerable.
En noviembre de 2011 Medina presentó a la Primera Dama como su candidata vicepresidencial en la boleta del PLD. Esta fórmula triunfó en la primera vuelta, derrotando al expresidente Hipólito Mejía, candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD).
Cedeño de Fernández fue designada en adición a sus funciones, como directora de los programas sociales del gobierno, donde se manejó con destreza ampliando su base de acción en los sectores pobres y contactos con organismos internacionales.
Fue para esa época que la vicepresidenta tuvo que poner a prueba sus habilidades y madurez política. El enfrentamiento entre danilistas y leonelistas se enardeció otra vez en 2015, al aprobarse la reforma constitucional para posibilitar la repostulación de Medina en las elecciones de 2016.
En ese escenario Leonel Fernández, presidente del PLD y aspirante a la candidatura presidencial, fue avasallado por el sector de Medina, mientras la Vicepresidenta exhibía una pasmosa discrecionalidad. El mandatario la seleccionó el 6 de marzo de 2016, para repetir como su compañera de boleta. La fórmula triunfó otra vez en primera vuelta.
El quiebre
Tres años después de esa victoria el panorama del PLD se eclipsó de manera definitiva, en medio de los intentos de otra reforma constitucional para reelegir a Medina. Cuando esos aprestos fracasaron los peledeístas decidieron probar suerte en las primarias abiertas del 6 de octubre de 2019.
Los danilistas impusieron la precandidatura de Gonzalo Castillo para enfrentar a Fernández. Todo se derrumbó cuando el liderazgo de Fernández fue derrotado por un estrecho margen y denunció fraude. Quince días después el tres veces presidente de la República renunciaría de manera irrevocable del PLD, para fundar el partido Fuerza del Pueblo.
Con este espectáculo los dos principales líderes, Danilo y Leonel, habían decidido trazar la raya de Pizarro. Entonces, Cedeño de Fernández tomó una decisión política extrema: no desertó, después que había dado un beso tendencia en las redes sociales durante la caravana que cerró la precampaña en plena avenida Duarte.
En todo proceso preelectoral la Vicepresidenta había enviado mensajes subliminales a la población de su aspiración a la presidencia de la República. Inclusive planteó la necesidad de que Medina y Fernández se pusieran de acuerdo para evitar la división del PLD.
Cedeño de Fernández también, cuando todas las encuestas la señalaban como la figura mejor valorada en el país, causó un revuelo en el mundo político al expresar en junio de 2019 que cualquiera de las dos candidaturas, de Danilo o Leonel, era “perder-perder”, mientras que la opción de una tercera vía sería “ganar-ganar”.
La derrota
La encrucijada en que se sumergió Cedeño de Fernández con la renuncia de su esposo del PLD, se tornó más difícil para su liderazgo político. Se advertía que carecía de una estructura nacional tangible para competir por la candidatura presidencial.
El reconocimiento a su popularidad la relegaría, por tercera vez, a otra candidatura Vicepresidencial. Así lo anunció el candidato del PLD, Gonzalo Castillo, el 24 de febrero de 2020, cuando ya el marketing político rumoraba que Cedeño lo sustituiría por alegadas razones de salud y poca aceptación de los votantes.
La fórmula electoral al final fue derrotada en primera vuelta en las elecciones del 5 de julio del año pasado por Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM). Este fracaso cerró el exitoso círculo a una mujer que en los últimos 16 años ocupó el Despacho de Primera Dama (2008-2012), y la Vicepresidenta de la República (2012-2020), conjuntamente con los programas sociales.
Ahora que el PLD emprende el proceso de renovación hacia el 2024 en medio de un empedrado camino y enjuiciamiento por corrupción de funcionarios de su gobierno, Cedeño envía implícitos mensajes por las redes sociales y medios convencionales, que llevan a advertir aprestos para lanzarse al ruedo con un proyecto presidencial propio.
De frente no tendría ya dentro del PLD las barreras de Leonel y Danilo, este último impedido de aspirar por la Constitución que reformó. La lucha por la candidatura se libraría ahora contra adversarios como Francisco Domínguez Brito, Abel Martínez, Andrés Navarro, Carlos Amarante Baret, Gonzalo Castillo y quienes vayan surgiendo en el trayecto. Algunos ya en campaña abierta.
En el caso de Leonel Fernández, en el hipotético caso de que ganara el certamen interno del PLD podría tenerlo de rival como candidato presidencial de la Fuerza del Pueblo, sentando un precedente. Pero también al gobernante PRM, que ya los derrotó tras 20 años en el poder.
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