Por Sheila Brito.
Si se quiere sacar a un país de la pobreza, del subdesarrollo, de los problemas sociales –marginación, conflictos, delincuencia, inseguridad y un largo etcétera–, hay que proporcionarle educación. Si se quiere tener una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria, más humana, con más y mejores oportunidades para llevar una vida más plena, y que sea más dueña de su destino, igualmente necesita educación. Si se quiere erradicar la ignorancia y el analfabetismo, el mercantilismo y el consumismo, la superstición y los prejuicios de la población también ha de hacerse a través de la educación. Si se quiere liberar a las personas del fanatismo y la manipulación, la alienación y la enajenación, la opresión y la explotación igualmente se harán por medio de la educación.
Pareciera que todos esos males se combaten con una sola receta y que todos esos caminos retorcidos pueden enderezarse a través de ese proceso de formación y transformación llamado educación, y así es. Pero la educación no es una varita que transforma por arte de magia ni es una medicina que hace milagros de la noche a la mañana, ni tampoco es gratis. La educación implica un proceso de largo tiempo... es una tarea compleja y... costosa.
La calidad del sistema educativo es la cualidad que resulta de la integración de las dimensiones de pertinencia, relevancia, eficacia interna, eficacia externa, impacto, suficiencia, eficiencia y equidad. El ministerio de educación dominicano ha tenido un año de colapso y atraso desde la llegada del ministro Dr. Roberto Fulcar, el óptimo funcionamiento de esta entidad gubernamental es prioritario, ya que es la que garantiza el acceso de la educación de calidad a nuestros niños-niñas y adolescentes, el objetivo 4 de los Objetivos de Desarrollos Sostenible lo señala muy bien cuando habla de la educación de calidad para la agenda 2030.
Recientemente hemos podido ver salir a la luz un escándalo más del MINERD donde han gastado mucho más de RD$ 63 mil millones en educación virtual y ya pretende el regreso a las aulas.
No sé si es mi parecer pero no hemos podido ver un gasto eficiente del 4 % del PIB destinado para la educación dominicana más si un gran derroche entre orquídeas, trajes, promoción de la figura del ministro, publicidad en su máximo esplendor y pagos a plantas difusoras con la educación a distancia las cuales tienen años sin funcionar.
El Concurso de Oposición Docente resulto ser un fracaso en esta ocasión, las evaluaciones a los postulantes para el nivel de primaria en las 18 Regionales y 122 Distritos Educativos con una participación masiva denunciaron la falta de organización, fallas en la tecnología y una gran cantidad de maestros que no superaron las pruebas.
Eduardo Hidalgo, de la corriente magisterial Eugenio María de Hostos, de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) dijo que el Ministerio de Educación debería suspender el concurso porque al parecer “no se preparó” para el proceso. “Con la tecnología colapsada, aprobación nula, condiciones de aglomeración y pérdida de tiempo y lugares en que los postulantes han tenido que ser auxiliados por paramédicos, esa es la situación generalizada del inicio del concurso de oposición docente”, denunció Hidalgo.
Mientras que la presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Xiomara Guante pidió al Ministro de Educación aplazar pruebas de este viernes, sábado y lunes, para ver problemas de plataforma que se detectaron el miércoles pasado, pues como vemos una cosa es con violín y otra es con guitarra.
Esperamos que la presidenta de la ADP y el ministro de educación se puedan poner de acuerdo y poder nombrar a los compañeritos en la mas de 19 mil plazas que está a disposición del magisterio dominicano y comprendan que más que un trabajo político el postulante debe cumplir con las competencias necesarias ya que no es a participar de un mitin, más bien es a una aula a formar a un ciudadano dominicano futuro de nuestra nación de esa forma no colapsa y se atrasa el sistema educativo dominicano.
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