SANTO DOMINGO, República Dominicana.- la Conferencia del Episcopado Dominicano expresó su preocupación por las tendencias y situaciones que atentan contra la unidad y la salud de la familia dominicana y citó como ejemplos el matrimonio del mismo sexo, el uso de anticonceptivos y el aborto.
Los obispos y arzobispos del país se pronunciaron al respecto a través de la Carta Pastoral, un documento tradicional que emiten con motivo de la proximidad del Día de la Virgen de la Altagracia, que se celebra este 21 de enero.
Familia cristiana, vive y proclama tu fe es el tema que encabeza la carta pastoral 2014, que busca reafirmar y transmitir a la sociedad dominicana los valores de la fe católica y ataca a aquellos grupos que disienten de la moral sexual de la iglesia.
Los prelados arremeten contra “la promoción de grupos interesados en imponer por diversos medios, incluso mediante legislaciones, prácticas contrarias al ser de la familia y de la persona, y por tanto al plan creador, como el aborto, los anticonceptivos y las uniones del mismo sexo”.
El organismo encabezado por el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez dijo que toda esta corriente “no deja de ser una fuerte tentación para familias débiles en la fe”.
Lanzaron críticas también contra “la propaganda mediática a una vida fácil, cómoda y hedonista, cargada de cierto pan-sexualismo, que inhibe la voluntad de los jóvenes para grandes valores e ideales”.
Al Estado: La Conferencia del Episcopado recordó al Estado su deber su responsabilidad de proteger y defender a la familia como fundamento del bienestar, el desarrollo y la paz en la sociedad.
Y le advierte: “No toda propuesta con etiqueta de modernismo favorece la vida humana. Grandes imperios se han desmoronado a lo largo de la historia cuando sus gobernantes han complacido a los pueblos en su sed de placeres. Hay propuestas que pueden dañar. La ética y la moral no se pueden perder de vista. El legislador no está para complacer intereses, sino para promover el Bien Común”.
Por la familia. Llaman por tanto a cuidar a la familia porque en ella los hijos aprenden el valor de la escucha de sus padres, la obediencia, la actitud del diálogo, del respeto, el amor indispensable para vivir y tantos valores humanos. Al mismo tiempo, agregan, aprenden a conocer, amar, servir a Dios Padre y dejarse conducir por el Espíritu Santo. Es la gran misión de educar integralmente a los hijos.
“Otro desafío importante es una educación sexual realizada con seriedad, ajustada a la moral y a la verdad; respetando la edad y las etapas del desarrollo del ser humano e impartida por personas capaces y maduras”, reza el documento.
A los católicos. Hacen un llamado a los movimientos y comunidades católicas a refuercen la propagación de ideas y valores que ayuden a preservar la familia desde la concepción de Dios, o sea, entre un hombre y un a mujer.
Comentan que parte importante es la preparación de los jóvenes al matrimonio. Corresponde en primer lugar a los padres educar en el amor y en los valores que sustentan la futura vida matrimonial, acompañados e iluminados por la comunidad eclesial.
“Reiteramos, de manera concreta, que “los movimientos especialmente dedicados a la paternidad responsable tienen la obligación de promover y ofrecer servicios de regulación de nacimiento con métodos naturales en cada diócesis: cursos, charlas, consultas, orientaciones a jóvenes y a parejas en edad fértil”.
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