PUERTO PRÍNCIPE. Las exigentes condiciones impuestas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Haití para el regreso de sus ciudadanos bloqueados en países extranjeros como consecuencia del cierre de fronteras para frenar el contagio del coronavirus impiden o complican el retorno de muchos de ellos.
Es el caso de Christianna Exhilomme Cherilus, 69 años, varada en West Palm Beach, Florida (Estados Unidos), que relató a Efe su situación en conversación telefónica.
“No sé qué hacer, estoy atascada. No tengo los medios económicos para cumplir con las condiciones impuestas por el gobierno. No tengo los recursos para seguir viviendo allí. Quiero volver a mi país”, se quejó.
Los haitianos que deseen regresar a su país deben estar en posesión de una prueba reciente del COVID-19 con resultado negativo, tener una reserva de viaje confirmada, así como una reserva de hotel para un confinamiento de catorce días en uno de los dos establecimientos identificados y elegidos por el gobierno para este fin.
Además, sus pasaportes serán retenidos durante quince días por las autoridades de inmigración, requerimientos que algunos consideran una violación de sus derechos como ciudadanos del país.
Cherilus, que viajó a Estados Unidos con un grupo de esposas de pastores evangélicos para asistir a una formación, explicó que la persona que los acogió ya no tiene los medios para seguir atendiéndolos.
“Hay muchos otros haitianos en la misma situación. Somos visitantes. Estamos aquí desde diciembre de 2019”, dijo la mujer, que afirma estar dispuesta a hacer la cuarentena en su casa en St. Marc, en el Departamento de Artibonite (oeste), en caso de dar positivo en las pruebas para detectar la enfermedad.
El pasado 16 de marzo, el gobierno haitiano prohibió las conexiones aéreas con Europa y América Latina y clausuró la frontera terrestre con República Dominicana, y a partir del 20, con la aplicación del estado de emergencia, se clausuraron los aeropuertos y puertos del país, de modo que docenas de haitianos que visitaban esos países, así como Estados Unidos, permanecen bloqueados desde entonces.
Desde la vecina República Dominicana, donde residen cientos de miles de haitianos, solo han conseguido retornar unos 6.000, pero son muchos los ciudadanos que desean regresar después de haber perdido sus trabajos, quedando en una situación de precariedad.
Esta decisión de condicionar el regreso de los nacionales haitianos que quieren volver a su país en plena crisis causada por el COVID-19 ha provocado múltiples reacciones en los Estados Unidos y en Haití.
El presidente de la Fundación ZILE, exministro de los haitianos que viven en el exterior, Edwin Paraison, consideró en declaraciones a medios locales que es “totalmente absurdo” exigir a los nacionales que viven en el extranjero, en particular en la República Dominicana, que cumplan todas las decisiones impuestas por el Gobierno.
En ese sentido, pidió a las autoridades que pongan en marcha un plan especial para los haitianos de la República vecina, porque están viviendo situaciones extremadamente difíciles.
Uno de los portavoces de la organización política Fanmi Lavalas, Jodson Dirogene, también rechazó las condiciones impuestas por el gobierno a los ciudadanos que quieren volver al país y opinó que esas medidas dan la impresión de proceder de “un régimen antipopular y retrógrado”, según señaló también a medios locales.
Diez nuevos casos de coronavirus fueron reportados este lunes por el Ministerio de Salud Pública y Población (MSPP), lo que sitúa en 57 el número de personas infectadas, mientras que la de muertes se mantiene en tres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario