Con motivo de la conmemoración del Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, me dirijo a ustedes para reafirmar la importancia de la unidad y la solidaridad en nuestra lucha constante por los derechos laborales y la justicia social.
Este día simboliza la larga historia de sacrificios y victorias del movimiento obrero, y nos recuerda la relevancia de mantenernos firmes ante los desafíos que enfrentamos.Recordemos en este día el gran poder con que cuentan las organizaciones laborales que se mantienen apegadas a los principios laborales y a las razones de sus existencias.
Recuerden ¡sin ustedes no existiría el capitalismo!
Sus responsabilidades, además de cumplir, en forma ejemplar, su role de obrero, es desempeñar, como Unión, roles fundamentales en la lucha por los cambios sociales y políticos necesarios para lograr una sociedad sin clase.
Como organización laboral, tu trabajos es proteger los derechos de los trabajadores frente a la explotación por parte de los empleadores, limitar abusos como malas condiciones laborales y jornadas excesivas, convertirte en herramienta esenciales para defender la unidad de la clase trabajadora y, luchar por mejores condiciones de vida y trabajo.
Los sindicatos deben, además, educar los trabajadores sobre la teoría política, fomentando una mayor conciencia de clase, organizar y movilizan a los trabajadores para la acción colectiva, incluyendo huelgas y protestas, y negociar con los empleadores para mejorar los salarios y las condiciones laborales de sus miembros. También deben, en el contexto revolucionario, demostrar que son instrumentos para la transformación social hacia un sistema más justo y equitativo.
O sea, el objetivo principal de los sindicatos es, además de defender los derechos de los trabajadores, educar a sus miembros sobre la teoría revolucionaria y trabajar en forma coordinada para convertirse en parte integral del movimiento revolucionario más amplio para agilizar el cambio social y la emancipación de la clase trabajadora.
Desgraciadamente, estas características, estos objetivos, y estas conductas han sido eliminadas del manual sindical dominicano debido a los sindicatos amarillos, los cuales surgieron como una amenaza que ha debilitado las uniones sindicales y ha divido en mil pedazos, el movimiento laboral.
Estas organizaciones, que pretenden representar a los trabajadores mientras sirven a los intereses de los empleadores, son un obstáculo, no solo para la lucha por condiciones laborales dignas y equitativas, sino también para la educación revolucionaria de sus miembros.
La educación y la conciencia política son sus herramientas más poderosas. Deben esforzarse por informar a sus compañeros trabajadores sobre sus derechos y sobre cómo identificar y resistir a los sindicatos amarillos. La solidaridad entre los trabajadores es la base de su fuerza; solo juntos podrán derrotar la división, recuperar sus organizaciones y continuar su lucha con determinación.
Los llamo a inspirarse en el ejemplo de Mauricio Báez, quien con valentía y convicción lideró el camino hacia un futuro más justo para los trabajadores dominicanos. Sigan su legado, manteniendo la integridad de sus organizaciones y luchando incansablemente por los principios que los unen. El individualismo los aísla y los convierte en presas fáciles de sus poderosos enemigos.
Finalmente los invito a que, en este Primero de Mayo, renueven su compromiso con la causa obrera y avancen unidos hacia la conquista de sus derechos y la construcción de una sociedad más justa para todos.
Con respeto y solidaridad,
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